21 enero 2014

#53 Romper el hielo


Romper el hielo

Que momento incómodo el que nos encontramos en el ascensor con el vecino del piso de arriba, con el que no tenemos ninguna confianza, y debemos subir 26 pisos, solos los dos en una caja de aluminio diminuto que cuelga de un frágil alambre quebradizo (cuanto dramatismo), casi pegados cara a cara,  sintiendo el respirar del otro, tratando de contener el estornudo que trata de salir de nosotros de forma casi volcánica, evitando mirar a los ojos para que no piense que somos unos pervertidos o unos raros y en esa búsqueda de donde situar los ojos terminamos mirando cosas tan interesantes como el techo o el piso, una y otra vez. Todas esta situación sería mucho menos adrenalínica (esperemos que exista la palabra), además de evitarnos mirar durante 26 pisos el celular como unos boludos haciendo de cuenta que nos llego un mensaje super interesante que hace falta releer unas vez por piso que ascendemos, si se tuviera un kit básico de recursos sociales mínimos e indispensables para la supervivencia social.

Día a día, el vivir en sociedad nos presenta situaciones diferentes en las que se requiere sociabilizar (del departamento de correción me informan que se dice socializar, pero no me importa!). Aunque parezca muy difícil para evitar cualquier tipo de bochorno social solo requerimos  el uso de una herramienta que aprendemos desde muy pequeños: El diálogo.

Algunos dirán que les resulta imposible comenzar un diálogo con un desconocido, o lo que sea pero lo cierto es que se ignora que existe una llave maestra para abrir las puertas a dos hojas de toda buena conversación y esta es lo que en criollo llamamos “romper el hielo”.

Con romper el hielo el mundo se simplifica de tal manera que nos podemos empezar a preocupar por nuestros proyectos personales. Pero….. ¡¿Cómo diablos se supone que se rompe el hielo?! Detengámonos a pensar en el sentido literal de la frase y ahí encontraremos la respuesta: “Romper el Hielo”.

El hielo se rompe por dos métodos:
  1. Fuerza bruta: no es lo más recomendable para iniciar una buena charla. “Le quise decir hola y sin querer le rompí la nariz.” Suena raro.
  2. Aplicando calor: pensemos… calor, calor, calor… ¿Cuál es la fuente más grande de calor en todo el mundo? El sol!! El sol desde que muchas tribus en el neolítico lo adoptaron como su dios mayor, ha dado muchas de las respuestas a los problemas del día a día del hombre, así como aportar de forma ingenial (“de forma ingenial” se puede leer como “con ingenio”) a grandes inventos como las gafas de sol y la sombra.
De esta forma con EL SOL como principal guía espiritual hacia la verdad de nuestra pregunta inicial podemos pensar que quizás la mejor forma de romper el hielo sea hablando del sol. Y algunos me dirán ¿Y si está nublado? Y pues bueno, hablando de la ausencia de tal en ese caso.

Y de esta forma concluimos en que no hay mejor forma para romper el hielo que hablar "del clima". Para muchos una gran trivialidad pero ya en la antigüedad fue gracias a hablar del clima que comenzó la diplomacia entre tribus rivales y al comercio. Se han encontrado tablas grabadas de la época del imperio acadio en babilonia que mostraban cómo el comercio se propagó a través de la charla del clima.


Otros hallazgos arqueológicos muestran que en la antigua Egipto cesaron la guerra con los intrusos llegados del mediterráneo a través del Nilo solo cuando aprendieron a decir: “Lindo día.” en el idioma de los invasores.

Así que la próxima vez que el verdulero se queje del calor que hace acordate que estás en presencia de las costumbres humanas más antiguas que cambió el rumbo de la humanidad. Ni el trueque, ni el whatsapp hubiera existido si no fuera por este latiguillo del lenguaje.

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